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Soy @alvaroalegriam y aquí comparto mi visión personal sobre temas que me apasionan alrededor del mundo de los negocios, el emprendimiento y el desarrollo personal.
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Es posible que alguna vez te hayas preguntado (seguramente no) cuál es el procesoHan pasado 153 días desde que escribí la última edición de esta newsletter.
Podría haber hecho como Fray Luis de León y comenzar esta edición con un “como decíamos ayer…” sin dar más explicación pero, si me conoces un poco, sabes que soy poco de esconderme. De hecho, suelo ser bastante transparente; por voluntad propia y porque creo que es una de las cosas que más agradecéis quienes dedicáis vuestro tiempo a leer lo que escribo.
En esta ocasión, además, creo que la razón principal que explica este “silencio radio” es seguramente compartida por muchos de vosotros/as (y más en esta época del año) por lo que he pensado que no había mejor manera de retomar nuestras conversaciones.
Estoy hablando del Burnout (estar quemado).
En 1974 Herbert Freudenberger (USA) describe por primera vez este síndrome cuyos pacientes presentaban un cuadro explicaba el proceso de deterioro en la atención profesional y en los servicios que se prestaban en el ámbito educativo, social, sanitario, etc. Él lo definió como:
"una sensación de fracaso y una experiencia agotadora que resulta de una sobrecarga por exigencias de energía, recursos personales o fuerza espiritual del trabajador".
Suelo tener esa autoexigencia de ser un superhéroe que debe poder con todo así que, reconozco, que me molesta lo bien que encajo en esta definición.
En la mayoría de los casos, cuando se habla de burnout se hace circunscrito al ámbito laboral. De hecho, la traducción “técnica” de este síndrome es “Del Trabajador Quemado” o "De Desgaste Ocupacional”, según diferntes publicaciones del Instituto Nacional de la Seguridad Social de Españn. Su definición, según este organismo, es la siguiente:
“Resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito. Se caracteriza por tres dimensiones: 1) sentimientos de falta de energía o agotamiento; 2) aumento de la distancia mental con respecto al trabajo, o sentimientos negativos o cínicos con respecto al trabajo; y 3) una sensación de ineficacia y falta de realización.”
De hecho, recientemente, ha sido reclasificado para incluirlo dentro de los “problemas asociados con el empleo y el desempleo”, en lugar de su posicionamiento anterior como “problemas relacionados con el control de la vida”.
Por si te interesa seguir ampliando información, en estos documentos que te adjunto puedes encontrar más información sobre: i) Consecuencias, evaluación y prevención y ii) sobre la evolución en los instrumentos de medición; de este síndrome.
Antes de que sigas leyendo, me gustaría dejar claro que, como cualquier otro tema relacinado con la salud, se trata de un asunto serio, que afecta profundamente a quien lo sufre y por ell, si te encuentras en esta situación, te recomiendo acudir a un especialista en busca de ayuda y/o asesoramiento.
Quería dejar claro este extremo porque, en mi caso, la situación personal que he atravesado estos meses es el resultado de diferentes causas pero, sobre todo, por mi particular (y voluntaria) forma de enfocar la vida.
Es decir, soy consciente de que, en mi caso, hablar de burnout no es totalmente acertado desde un punto de vista técnico. Sin embargo, desde el punto de vista coloquial, creo que si encaja con lo que la mayoría entendemos al escuchar este concepto.
Disclaimer: Si no tienes ganas de leer sobre mi caso particular, puedes saltar directamente a la sección 3 donde comparto posibles soluciones para evitar el burnout
1. Causas que me han llevado al Burnout
Te resumo las causas que me han llevado a esta situación (seré breve, porque lo mismo te importan un bledo mis circunstancias):
Falta de descanso (de calidad): Desde que nació mi hijo (hace 17 meses), muy pocas veces he conseguido descansar 7-8 horas durante varios días seguidos. Siempre he dormido poco y por lo general, me bastantan 6 horas de sueño para recuperarme plenamente y rendir de forma óptima. Ahora, el problema no es cuantitativo, sino cualitativo. No es lo mismo descansar 6 horas seguidas, que descansarlas en tres tramos de 2 horas pues los ciclos de sueño duran entre 80 y 100 minutos. De modo que, si te despiertas cada dos horas, romperás varias veces el ciclo del sueño, evitando que el descanso cumpla su función.
Exigencia profesional: Para mi, fallar en mi trabajo no es una opción. Y cundo digo fallar, me refiero a no dar el nivel que estoy acostumbrado a entregar. Una de las cualidades que mi jefa destaca siempre de mi es la tranquilidad con la que me delega cualquier tema, por la garantía de calidad en el resultado de todos los proyectos. Esto es algo que no estoy dispuesto a que cambie pero que, en los últimos meses, ha supuesto un reto importante. Por un lado, porque mantener el nivel habitual cuando no descansas bien requiere un sobreesfuerzo de por sí y por otro lado, porque he tenido la suerte de liderar proyectos e iniciativas súper interesantes pero que han requerido un esfuerzo intelectual grande.
Side Projects: Durante los últimos meses he tenido la suerte de poder ser parte de “Actionable” una formación intensiva sobre liderazgo en forma de Camp, ideada y dirigida por Danny Saltaren. Mi papel en el proyecto era hacerlo escalar por lo que, durante este periodo, he invertido en ello todas las energías y el tiempo libre que me quedaban. Y no es una forma de hablar. Cada día, después de acostar a mi hijo, abría de nuevo el ordenador para organizar temas del proyecto y los fines de semana, dedicaba horas a seguir pensando en estartegias, mandar vídeos y audios al equipo con ideas y updates, resolver problemas, etc. Para bien o para mal, mi participación en el proyecto ha concluído, pero esto quizás lo cuente otro día.
Expuestas las causas, ahora me centraré en explicar a qué me refería antes cuando dije que, sobre todo, la situación actual se debía a mi forma de enfocar la vida.
2. Mi enfoque particular sobre el trabajo y los proyectos
Si lo quisiera sintetizar, te diría que vivo con prisa. Por un lado, desde hace muchos años tengo la constante sensación de que voy tarde a todo en la vida, lo que me genera la necesidad de recuperar el tiempo “perdido”. Por otro lado, hay tantísimas cosas que me interesan, que desbordan por completo el (poquísimo) tiempo que tengo disponible.
Y esto, irremediablemente, ha forjado en mi una actitud que se define muy bien en este tweet que yo mismo publiqué:
Para mi, el descanso nunca ha sido sinónimo de desconexión. Al revés, los tiempos de ocio (fines de semana, verano, navidades) eran momentos en los que podía centrarme por completo en todo aquello a lo que, durante los periodos laborales, quedaba en un segundo plano.
Quizás pienses que esto es un error pero, personalmente, no lo veo así, incluso ahora que estoy hablándote desde la perspectiva de alguien “quemado”. La razón es que mi cabeza nunca se apaga. No ha sabido cómo hacerlo desde que tengo uso de razón. Y mi forma de gestionarlo ha sido escogiendo los temas en los que centrarme, en lugar de dejar que mi cerebro se fuera por donde quisiera.
Este meme que te pongo a continuación me representa muy bien. (A mi mujer no la representa en absoluto, porque hace muchos años que renunció a seguir el ritmo de mis desvaríos y cuando me ve pensativo o concentrado, pasa olímpicamente de mi. Y hace bien).
Estoy convencido de que, muchos de vosotros, os estaréis sintiendo identificados con lo que cuento, porque mi timeline de Twitter está repleto de gente impulsando side projects en su tiempo libre. Sin embargo, esta cara B, de tintes negativos es algo sobre lo he visto a muy poca gente hablar. Por eso, cuando hace unos meses escribí una edición sobre Mr. Beast, se me quedaron grabadas estas declaraciones que él mismo hacía sobre su “working ethics” y que ahora encajan perfectamente en el tema de hoy.
Si has llegado hasta aquí, te recuerdo que el tema de hoy era explicar los motivos que han hecho que haya transcurrido tanto tiempo sin que escribiera una nueva edición.
El circunloquio anterior sirve para dar contexto, pero no contiene una explicación como tal. Estar quemado no es una razón per sé, pues mucha gente sigue avanzando a pesar de estar quemados.
En mi caso, tiene mucho que ver con algo que ya he explicado en alguna ocasión sobre mi relación con esta newsletter; la cual no termina de ser 100% sana. Todas mis ediciones están escritas en primera persona. Comparto lo que sé y lo que opino y por ello, es inevitable para mi sentir que cada edición publicada es un examen al que me someto y durante mucho tiempo (esto si ha cambiado) sentía cada baja como un fracaso, pues interpretaba que había defraudado las espectativas de ese suscriptor/suscriptora.
Resumiendo.
El cansacio acumulado ha generado extenuación mental. La extenuación mental me impedía encontrar ningún tema sobre el que me sintiera seguro de poder aportarte valor en forma de newsletter. Publicar sin aportar valor es algo a lo que no estoy dispuesto (ni preparado) y han hecho falta 138 días para salir de este círcul vicioso.
Y ahora, intentaré compartir contigo el aprendizaje que he sacado de esta situación, por si te sirve para evitar pasar por lo mismo en el futuro.
Honestamente: ningún aprendizaje.
Quizás estabas esperando una respuesta más políticamente correcta o de manual de autoayuda pero, mi verdadero aprendizaje, es que a estas alturas de la película no voy a cambiar. En realidad, no quiero cambiar.
Mi burnout desaparecerá en el momento en que consiga recuperar una rutina de sueño adecuada que me proporcione la energía suficiente para afrontar todo con garantías. Porque, de momento, mi felicidad depende de poder seguir haciendo todo lo que hacía hasta ahora. (Me gusta muchísimo y me siento plénamente realizado a nivel intelectual, cuando logro empujar cosas distintas y dispares al mismo tiempo y me gustaría recobrar esa sensación).
Antes que bajar el ritmo, prefiero eliminar por completo, aunque sea temporalmente, algo de la ecuacion. PERO… (siempre hay un pero) creo que, en este tema, yo soy cláramente un mal ejemplo de gestión personal por mi voluntad de no cambiar mis hábitos.
3. Posibles soluciones para evitar que tu llegues al Burnout
Por eso, quiero compartir contigo una serie de consejos/hábitos que pueden ayudarte a evitar sufrir burnout:
Descansa: Busca la manera de lograr una rutina adecuada de descanso. Apurar dos horas más al día, restándolas de tu descanso es lo más improductivo que puedes hacer. Una hora de trabajo estando descansado es mucho más productiva que dos o tres horas al final del día con cansacio acumulado de varios días.
Aliméntate bien: Una alimentación equilibrada es un elemento fundamental de la rutina de cualquiera que necesite rendir. La comida es la gasolina de nuestro cuerpo y, como en los coches, nuestro motor se resiente si habitualmente le proporcinamos combustible de mala calidad. Con respecto a este tema te añado un tip adicional: cocina. Cocinar es una tarea que requiere concentración (te distrae por un rato de los temas que tienes en la cabeza) y que genera satisfacción y sensación de placer (dopamina).
Haz deporte: El deporte de cierta intensidad requiere exige a tu cuerpo poner atención en la técnica o en la respiración, lo que lleva tu cabeza lejos de las tareas que pueden quemarte. Un pro tip de manual es levantar peso. La halterofilia o los ejercicios con pesas, mancuernas o kettlebells requieren técnica (te obligan a concentrarte intensamente en esa tarea), aumentan los niveles de dopamina, norepinefrina y serotonina (lo que mejora el estado de ánimoendorfinas) y generan sensación de progreso (esa motiviación ayuda a mantener este ejercicio como parte de nuestra rutina diaria/semanal).
Exponte al sol. La exposición solar provoca que nuestro cuerpo genere vitamina D, la cual es buena no sólo para la fijación del calcio de los huesos, sino que es fundamental para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y el sistema inmunitario.
Pon limites. Cuando tus ocupaciones son tantas que te aproximas al burnout, debes darte cuenta de que siempre quedarán cosas pendientes por hacer. La bandeja de correos nunca estará vacía, la lista de tareas no estará terminada, las llamas pendientes serán varias. Por tanto, es mucho mejor que seas tú quien ponga voluntariamente el límite de lo que estás dispuesto a asumir cada jornada a que sea tu cuerpo quien diga basta. En mi caso, más de un día y de diez, el límite lo ha puesto mi vista. Forzaba tanto que ya no era capaz de fijar más la mirada y las letras de la pantalla eran tan borrosas que me impedía seguir leyendo o escribiendo.
Prioriza. Muchas veces, acercarse al burnout es consecuencia de la falta de avances y la sensación de vivir en el día de la marmota, donde todo sigue igual a pesar de nuestros esfuerzos. Para evitar esto, te recomiendo priorizar las tareas usando la típica matriz urgente/importante y abordar primero las tareas que, de verdad, tengan un peso relevante y no podamos delegar en nadie más. Ir completando las tareas en función de esta matriz provocará un mayor avance y contribuirá a una mayor liberación de tu tiempo y tu cabeza.
Estoy convencido de que no te descubro el mundo con ninguno de los consejos anteriores pero, precisamente por ser conocidos por todos, a veces tendemos a minusvalorar su importancia.
Si tu tienes algún hábito adicional que te haya funcionado cuando te has enfrentado a una situación similar, sería fantástico que lo compartieras con todos nosotros en la sección de respuestas al final de este texto.
Antes de despedirme por hoy, quiero avisarte que esta “vuelta al cole” traerá nuevos cambios a la newsletter. Dado que vuelve a ser un proyecto personal e individual, a partir de la próxima edición cambiará (de nuevo) de nombre y pasará a llamarse “Visión Alegría”.
Es un mero cambio estético así que la temática, calidad, cariño, transparencia y cercanía seguirán siendo las de siempre.
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Gracias por leerme
Nos vemos en 7 días.
Un abrazo,
Álvaro.
Qué “Alegría” leerte nuevamente 😊. Welcome Back!
Muy identificado con toda tu historia Álvaro y tu forma de ver la vida.
Estoy 100% de acuerdo en que la solución son cosas obvias como las que dices (deporte, descanso, muchas fruta y verdura...)
Gracias por tu franquza y compartinos esta historia
Ànimo con el arranque del nuevo curso