¡Hola✋!
Soy @alvaroalegriam y estas leyendo mi newsletter semanal. El lugar donde comparto contigo mi camino hacia la independencia financiera.
Soy un privilegiado.
Tengo mis “problemas”, como todos.
Pero creo que muchos desearían cambiar sus problemas por los míos, lo que sin duda me convierte en alguien afortunado.
No siempre ha sido así. Hay una parte de mi vida que aún no te he contado y que no tengo claro aún si algún día me sentiré cómodo haciéndolo.
Pero quédate con que las cosas no me han ido siempre tan “bien” como ahora. Porque eso es lo que me hace tener los pies en el suelo.
Ese recuerdo de los “malos” momentos, es el ancla que me impide perder la perspectiva cuando soy débil y se me hincha tanto el ego que podría salir volando.
Por eso, viendo la situación por la que atraviesa estos días gran parte del mundo, he decidido que el cielo puede esperar.
EL CIELO
Para los que tenemos la aspiración de alcanzar la independencia financiera, el cielo es ese momento en el que alcanzas la cifra.
Ese instante en el que tu patrimonio te permitiría poder mantener el nivel de vida escogido durante el resto de tu vida.
El ansiado F*ck you, money!
Pero si además de ser FI (financial independence), quieres también ser RE (retire early), no te bastará con llegar al cielo. Querrás hacerlo rápido.
Tan rápido como seas capaz de lograrlo.
Y en esa carrera, las esperas encajan mal.
Porque como te conté la semana pasada, el negative compounding existe y todo lo que no ganes hoy, no te generará intereses compuestos mañana.
Pero la vida es cuestión de prioridades y la mía, ahora mismo, no soy yo.
O mejor dicho, no soy sólo yo.
LA ESPERA
A día de hoy, tengo una tasa de ahorro e inversión que oscila entre el 50% - 60% de mi salario.
Probablemente podría incrementar ese porcentaje, pero ya te he contado que mis aspiraciones hacia la independencia financiera no pasan por rebajar mi nivel de vida, sino por seguir aumentando mis ingresos.
Es una elección personal que tiene una consecuencia clara:
Aumento el tiempo que deberé esperar para lograr ser FI.
Esa decisión es permanente o, por lo menos, está tomada a la largo plazo. Y seguiré manteniendo este nivel de vida/ahorro mientras no se produzca un cambio en mis circunstancias de contexto que me obliguen a tener que replanteármela.
Pero hoy, quiero compartir contigo una decisión temporal: voy a disminuir mi tasa de ahorro voluntariamente.
Voy a gastar más.
Porque quiero hacerlo.
MI GRANO DE ARENA
Como te he dicho al principio, las cosas no me han ido siempre igual de bien.
En los momentos malos, jamás me ha faltado techo ni comida y por ello sigo pensando que soy un privilegiado.
Pero sí he vivido muy de cerca la desesperación de ver como se desangra un negocio y la angustia que produce no poder hacer absolutamente nada para remediarlo.
Por ello, no puedo evitar pensar en las decenas de miles de familias que deben estar pasando ahora mismo por una situación similar; viendo como sus negocios se hunden sin poder evitarlo.
Así que he tomado la decisión de quedarme un poco menos para mí y poner más dinero en movimiento.
Será una minúscula gota de agua en un inmenso desierto, pero quizás logre que alguien pueda seguir en pie para intentarlo de nuevo mañana.
No tengo decidido qué cantidad voy a gastar. Y aunque la supiera, no la voy a compartir.
Gastaré hasta donde me sienta cómodo.
No creo que rebaje la tasa de ahorro e inversión a 0%, pero tampoco lo descarto.
Tampoco tengo decidido durante cuánto tiempo lo haré.
Lo que sí he decidido es cómo quiero gastarlo. En pequeño comercio.
Si puedo comprar libros en una librería, no los voy a comprar en Amazon.
Si puedo comprar productos frescos en un mercado de mi barrio, no los compraré en Mercadona.
Y así, con todo aquello que deba comprar durante las próximas semanas.
Porque, mientras sienta que debo y puedo ayudar, el cielo puede esperar.
Hasta aquí la newsletter de hoy.
La única forma que tengo de saber tu opinión es que me la cuentes. Como siempre puedes hacerlo en mi ⏩Twitter⏪
Nos vemos la semana que viene.
Un abrazo.
Álvaro
Excelentes reflexiones Álvaro, hace falta más gente con una mentalidad como la tuya; el mundo iría mejor. Comparto abiertamente tu punto de vista. Y el venir de abajo, de donde no siempre ha ido todo tan bien, te permite tener una visión más amplia de la realidad y del entorno, tener desarrollada una mayor empatía con los demás y, además, te permite apreciar todo lo que tienes y que has conseguido hasta día de hoy. Empiezo muy bien el 2021 descubriendo este material en forma de experiencias que ofreces y que me aporta tanto valor personalmente. Saludos y feliz 2021!