#63. La carrera de los insensatos
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Me llamo Isra Bravo y escribo porque me gusta ganar dinero.
Y enseño a miles de personas a las que también les gusta.
En 2017 descargaba camiones. Actualmente genero miles de euros diarios mandando un email cada día a mi lista.
Escribo, desde hace años, un email al día.
Mucha gente me dice que deberían ser de pago y que aprenden más que en muchos cursos. No sé. Lo mismo exageran, ya sabes cómo va esto.
En todo caso con mis emails unos aprenden y otros se ofenden.
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Después de algún tiempo, la edición de esta semana vuelve a tratar sobre un tema más cercano a la inversión que a los negocios digitales: Cómo el miedo a quedarse fuera ha superado el miedo a perderlo todo.
O como brillantemente lo resumió mi amigo Carlos Otermin:
“El FOMO mató la Due Dilligence”
Due Dilligence
Due Dilligence (diligencia debida en castellano) es el término con el que se define el proceso de investigación que se lleva a cabo antes de comprar un negocio.
Básicamente, consiste en analizar los aspectos más relevantes del negocio que se pretende adquirir para asegurarse de dos cosas:
La empresa es lo que dice ser y no tiene problemas ocultos.
El precio que vamos a pagar está justificado.
En resumen, es una medida de salvaguarda que tiene como objetivo reducir al máximo el riesgo relacionado con dicha compra. Es una medida de salvaguarda.
Si lo prefieres, es la versión moderna de mirarle los dientes al caballo para comprobar su estado de salud.
FOMO
Perdona que hoy haya tanto término en inglés, pero son mucho mejores que nosotros simplificando conceptos con siglas.
El Fear Of Missing Out (miedo a perderse algo en castellano) define la sensación que sufren los inversores cuando creen que están perdiendo una gran oportunidad.
El FOMO suele tener connotaciones negativas porque, al involucrar los sentimientos, supone cierta pérdida de la racionalidad que se presupone a los buenos inversores.
Particularmente creo que el FOMO, bien gestionado, es una herramienta que puede ser útil si la empleamos como señal de advertencia pero, la realidad, es que muchos lo están utilizando precisamente al contrario.
Economía actual
La economía actual se encuentra en una situación muy particular que está sirviendo como caldo de cultivo para generar determinados comportamientos en cierto tipo de personas.
Esta situación se caracteriza por los siguientes aspectos:
Liquidez: Las recientes políticas de muchos organismos monetarios y gubernamentales han inundado los mercados de liquidez. Hay mucho dinero disponible para gastar.
Inflación: La inflación desincentiva el ahorro, por lo que los inversores necesitan encontrar proyectos en los que invertir su dinero.
Velocidad: Jamás habíamos contado con mecanismos tan ágiles para la transferencia de riqueza a una escala global.
Es decir, hay mucho dinero, compitiendo por una rentabilidad limitada, en ventanas de oportunidad cada vez más pequeñas.
La situación comienza a parecerse cada vez más al principio de incertidumbre de Heisenberg que dice que:
“no se puede determinar, simultáneamente y con precisión arbitraria, ciertos pares de variables físicas, como son, por ejemplo, la posición y el momento lineal de un objeto dado”
Es decir, si quieres conocer la posición de algo, no puedes conocer su velocidad (o viceversa).
Y esto es lo que empieza a suceder con el dinero: si quieres moverlo rápido, quizás no sepas dónde lo estás poniendo.
La carrera de los insensatos
El problema, desde mi punto de vista, es que la situación actual nos está llevando a todos a participar en una carrera en la que, si no tenemos cuidado, podemos acabar mal. El miedo a quedarnos fuera, está nublando el temor a quedarnos sin nada.
Hasta ahora, la narrativa de la inversión giraba en torno al control adecuado del riesgo. Se decía que el dinero es cobarde, se hablaba de valores refugio y se alababa al inversor prudente. En resumen, el relato invitaba a ser cauteloso con el manejo de nuestro dinero.
Ahora, esa narrativa está girando 180º. Se están creando situaciones artificiales de escasez (NFTs) que reducen los tiempos de reflexión, se magnifican los casos los casos de éxito (cuando, la realidad, es que muchas de las inversiones son un juego de suma cero) y se alaba la figura de los pioneros (early adopters) porque son quienes se llevan las mayores ganancias.
En resumen, el relato actual invita a ser valiente y moverse rápido para ser el primero en llegar a la próxima oportunidad. Nos están lanzando a la carrera de los insensatos.
Muestra de ello, aquí el lema de Crypto.com “La fortuna favorece a los valientes”
¿Significa esto que estoy en contra de las nuevas vías de inversión? En absoluto. Yo soy el primero que invierte en criptomonedas, en DeFI, NFTs, etc.
Lo que intento transmitir es que no hay que dejarse arrastrar por el relato y mantener la cabeza fría.
¿Alguien cree, a día de hoy, que ha perdido la oportunidad de ganar dinero con internet? Lo dudo.
Entonces, si algo que existe desde hace 30 años sigue siendo una oportunidad. ¿por qué va ser diferente con la web3?
Ya te lo digo yo. No va a ser diferente.
La realidad, no el relato, es que la adopción actual de la web3 entre la población es casi nula. Por mucho ruido que se esté generando, el porcentaje de gente que tiene una wallet a día de hoy es menor al 2%.
¿Y todo esto, por qué ahora?
Quizás has llegado hasta aquí y te estés preguntando a qué viene esta edición tan pesimista o por qué escribirla ahora y no antes.
La razón es que, de haberlo escrito antes, sin ejemplos reales que demuestren lo que cuento, habría sido muy fácil para cualquiera confrontar mi postura.
Sin embargo, poco a poco comienzan a aparecer más y más casos que demuestran que no todos los proyectos tienen unas reglas del juego claras, que muchos están pensados para enriquecer a sus creadores y no a sus usuarios y que muchos de ellos no tienen éxito y por el camino, se van a llevar el dinero de muchos.
Para acabar, quiero dejarte algunos ejemplos de malas prácticas con la esperanza de que puedan ayudarte a identificarlas en el futuro y ayudarte a seleccionar mejor tus inversiones.
Proyectos centralizados, donde los creadores tienen el poder para modificar las reglas del juego y los economics en cualquier momento
Proyectos que utilizan la descentralización para que nadie asuma responsabilidades frente
Manipulaciones de los precios (ya hablé de ello en la serie sobre NFTs)
Fraude
Proyectos donde el dinero invertido está cautivo y no se puede retirar
Para terminar, recuerda esto la próxima vez que creas que llegas tarde a una inversión: El dinero que no inviertas hoy, podrás invertirlo mañana. El dinero que pierdas hoy, se ha perdido para siempre.
Antes de irte
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Hasta aquí todo por hoy.
Nos vemos en 7 días
Un abrazo.
Álvaro