#54. Lo que aprendí haciendo mi mudanza y puedes aplicar a cualquier negocio
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Lo que creo: Lo que aprendí haciendo mi mudanza y puedes aplicar a cualquier negocio
Lo que me ha parecido interesante: 1 listado, 1 Tweet y 1 proyecto en venta
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Cuando en esta newsletter te hablo de aprender, emprender, pivotar… en muchos casos, hablamos de enfrentar y abrazar la incertidumbre.
Si tuviera que elegir dos cualidades para conseguirlo, estas podrían ser la combinación entre creatividad y perseverancia.
Por ejemplo, al empezar algo, trabajas con foco y perseveras. Pero, si no obtienes tus objetivos, tendrás que decidir si solo falta esfuerzo y seguir perseverando, o poner la creatividad a abrir nuevos horizontes para, de nuevo, perseverar.
Pues bien, creo que las herramientas que tenemos también juegan un papel importante. De hecho, a veces, la creatividad será saber cómo usar estas herramientas en tu beneficio y perseverar será más fácil si automatizas algunas tareas.
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🙍♂️Lo que creo: Lo que aprendí haciendo mi mudanza y puedes aplicar a cualquier negocio
Por tercera semana consecutiva, no he conseguido enviar la newsletter el martes y esta semana ni siquiera el miércoles ni el jueves.
Este caos tiene una explicación muy sencilla.
A mi ya de por sí apretada agenda, estas últimas semanas he tenido que incluirle la gestión en solitario de una mudanza, con todo lo que eso implica.
Si alguna vez has pasado por el proceso de mudarte, sabrás bien de lo que te hablo y de la cantidad de tiempo que consume el proceso desde que se inicia con la búsqueda de casa hasta que se produce el desembarco definitivo. Y cuando digo definitivo, no me refiero a llevar las cosas a la nueva casa, me refiero a tenerlo todo colocado, instalado y las cajas en el contendor de reciclaje.
Y ya que te estoy contando este tema, que es personal, aprovecho y te explico por qué he tenido que gestionar la mudanza en solitario. Mi mujer está embarazada de casi 30 semanas (¡tachán!) y debe hacer reposo, por lo que debe evitar cualquier esfuerzo. Y créeme, una mudanza es un esfuerzo en todos los sentidos: físico y mental.
Es tal esfuerzo y consume tantos recursos mentales, que esta semana no había sido capaz de escoger un tema que me pareciera suficientemente interesante para esta edición. Por ello, acudí a twitter a pedir ayuda y mi querido amigo Alberto Arenal salió a mi rescate con una sugerencia que me inspiró.
Reconozco que en el momento en el que leí su tweet, lo último que me apetecía era seguir pensando en la mudanza. Pero ha medido que he ido viendo la luz, la idea me ha resultado más interesante.
Hablar directamente de una mudanza me parecía arriesgado porque quizás muchos de vosotros no estéis en esa fase, pero creo que hay muchos aspectos de un proceso de este tipo que puede extrapolarse como aprendizaje al mundo de los negocios en general.
Tener claro lo que quieres representa el 95% del éxito: Buscar piso es una de las tareas más desagradables a las que el ser humano adulto puede enfrentarse. A pesar del increíble ahorro de tiempo que aportan los portales inmobiliarios a la hora de hacer la selección; se trata de un proceso tedioso y frustrante. Lo más probable es que te toque visitar varias viviendas que, según los anuncios, podrían llegar a encajar en tus necesidades pero que, una vez en ellas, se parecen poco o muy poco a lo que prometían.
Si a esa incertidumbre le añades, además, tu propia incertidumbre en cuanto a la zona en la que te gustaría vivir, el número de habitaciones que necesitas o si puedes vivir sin trastero, amigo/a mío/a, prepárate para un peregrinaje eterno o para la frustración de acabar viviendo en un lugar que no es para ti.
En nuestro caso, la decisión de mudarnos estaba muy meditada y teníamos perfectamente claro qué era imprescindible, lo que era deseable y aquello a lo qué podíamos renunciar sin problema. Gracias a este ejercicio previo, únicamente llegamos a visitar 3 casas. Descartamos rápidamente las dos primeras y nos quedamos con la tercera la misma tarde que la visitamos.
Debes tener clara tu ZOPA: Uno de los conceptos más importantes del ámbito de la negociación es la “ZOna de Posible Acuerdo” que es, básicamente, el espacio en el que ambas partes pueden llegar a cerrar un trato. Entender este concepto supone asumir que, a pesar de que una o ambas partes de la negociación van a terminar en una posición peor de la que podrían haber conseguido, las dos partes estarán satisfechas con el acuerdo.
En el caso de una mudanza, la ZOPA debes negociarla, primero, contigo mismo y concienciarte de que es mejor cerrar un trato en la tercera casa si esta reúne todo lo que (realmente) necesitas aunque falte algún elemento deseable; que visitar 10, 15 ó 20 casas con la esperanza de encontrar la casa perfecta.
En segundo lugar, debes negociar con el propietario y el arrendador y el objetivo es exactamente el mismo. Es preferible un buen trato rápido que una negociación eterna tratando de rascar el último euro del acuerdo.
La estrategia y la preparación no sobran nunca: Una mudanza puede parecer algo realmente sencillo desde el punto de vista teórico, pero en la práctica puede dar bastantes dolores de cabeza si no se prepara bien; exactamente igual que con cualquier negocio.
¿te has planteado cómo vas a sacar por la puerta o bajar a la calle esos preciosos muebles que llegaron a tu casa desmontados? ¿el ascensor de la nueva casa es tan grande como el de la antigua? ¿has pensado que el orden en el que suban las cosas al camión es el inverso al que saldrán? Te parece una chorrada… pero no te vas a reír cuando suban tu cama a tu nuevo dormitorio y resulte que la alfombra que va debajo está al fondo. ¿has previsto hacer una maleta con la ropa que te pondrás el día de la mudanza y el siguiente? ¿tienes localizado el cargador del portátil con el que tienes que teletrabajar mañana? ¿eres consciente de que tienes que limpiar los armarios por dentro antes de colgar la ropa? ¿Has avisado a movistar para tener internet el día que te mudes? ¿sabes usar la calefacción de la nueva casa? ¿has avisado en correos de que te reenvíen tus cartas a la nueva dirección?
Y así, hasta que te canses… Si todas esas cosas las tienes en cuenta ANTES de empezar la mudanza, te garantizo que el proceso no tiene absolutamente nada que ver.
La tranquilidad se paga: Uno de los pensamientos que surge siempre cuándo vas a organizar una mudanza es platearte si puedes hacerla tu mismo y ahorrarte un dinero. Es el mismo impulso que surge cuando quieres arreglar el fregadero o cuando buscas un modelo de contrato por internet para ahorrarte un abogado.
Yo, para bien o para mal, he aprendido que el dinero que pago a expertos en la materia es siempre una inversión y nunca un gasto. En mi caso, tenía muy claro que el grueso de la mudanza lo íbamos a dejar en manos de otros. Primero, por incapacidad material de hacerlo por mi cuenta (tenemos muchos muebles y mi mujer no puede participar) y segundo, porque el tiempo que necesita un experto en mudanzas es entre 5 y 10 veces menos que el que puedo necesitar yo que no tengo ni las herramientas, ni la experiencia ni el tipo de vehículo necesarios.
Solución: llamar a alguien de confianza (llevo ya unas cuantas mudanzas a la espalda) y pagar lo que me pide. A cambio, yo conservo mi espalda (casi) intacta, tengo la tranquilidad de que van a tratar todo con cuidado y en este caso, además, puedo entregarles la llave de la casa antigua (y de la nueva) y quitarme de en medio con toda la tranquilidad del mundo, sabiendo que lo que me encontraré al llegar es exactamente lo que me espero.
Momento de hacer upselling: En relación con el punto anterior, hay un aprendizaje realmente bueno que me he llevado de esta última mudanza y está relacionado con el timing. A pesar de que te acabo de decir que entregué las llaves y me desentendí; ese no era exactamente el plan 24 horas antes. Mi idea inicial era llevar por mi cuenta determinadas cosas que si podía manejar y que, incluso, me interesaba llevar en persona. Sin embargo, la realidad me golpeó en la cara la noche antes de la mudanza y tuve que preguntarle cuánto subía el presupuesto si se encargaban ellos de trasladar también esas cajas.
Resultado: un incremento del 12% del precio. Te puedo asegurar que el esfuerzo adicional de mover esas cajas no fue un 12% del total, pero en ese momento no dudé un instante en aceptar el nuevo presupuesto y lo volvería a aceptar con una sonrisa en la cara porque, para mi, ese 12% compensa con creces el esfuerzo que hubiera tenido que hacer yo para ocuparme de esa parte.
Ten en cuenta los costes ocultos: Algo que puede dar al traste cualquier negocio es no tener en cuenta que siempre, siempre, siempre aparecerán costes que son ocultos de inicio. Siempre que hagas un presupuesto, incluye entre un 10% y un 20% adicional para hacer frente a imprevistos. Cosas que se rompen en el traslado, elementos que no sirven en la nueva casa y los tiene que sustituir, herramientas que debes comprar, lámparas, bombillas, cortinas que no sirven, etc. Son todas cosas de pequeño valor a las que, precisamente por ello, no les has dado importancia pero que, cuando te toca pagarlas todas juntas, pueden suponer un coste importante.
El demonio está en los detalles (y en los “Ya que…”): En cualquier negocio, los fundamentales se tienen claro rápido y lo que verdaderamente lleva tiempo es cerrar los pequeños detalles. En una mudanza sucede exactamente lo mismo, pues los muebles los colocarás rápido, pero pasarás semanas conviviendo con cajas llenas de pequeñas cosas que no tienes claro dónde poner (o si quieres conservar siquiera) y con cuadros apoyados en el suelo a la espera de que escojas un lugar en la pared.
Y lo mismo sucede con la relativización de los esfuerzos a través de los innumerables “Ya que estamos…” que, muy probablemente, te empujarán a gastar más dinero del necesario en cosas que no lo son, por el simple hecho de que ya has abierto la cartera.
Y par terminar, dos aprendizajes más que no están directamente relacionados con una mudanza pero que sí han formado parte del proceso en mi caso:
Nunca te explicarás suficientemente bien: Un error que jamás se debe cometer en los negocios es dar por sentado que la otra parte está entendiendo exactamente lo que nosotros estamos exponiendo. En mi caso, como consecuencia de la mudanza, decidimos regalar a través de Wallapop algunos muebles que no nos interesa quedarnos (por aquello de la economía circular).
Pues bien. En el anuncio puse expresamente que la recogida debía hacerse por dos personas porque en la zona era muy complicado aparcar. Me contactó una persona. Le insistí en el tema del aparcamiento. Me dijo que vendría su marido. Le volví a insistir en que una sola persona no podría. Y a pesar de ello, vino una sola persona. Fue incapaz de aparcar. Y terminó por marcharse enfadado y sin los muebles ¡porque no había podido aparcar!
El sentido común, no siempre es compartido: Parte del proceso de la mudanza es, obviamente, abandonar la casa anterior. En nuestro caso, estábamos de alquiler y ofrecimos a la propiedad varias cosas que para nosotros eran de sentido común. Primero, irnos a mitad de mes y que aprovecharan esas semanas para pintar y enseñar la casa. Lo rechazaron. Segundo, dejar instalado un aire acondicionado que pusimos nosotros (porque es imposible vivir en ese piso sin aire). Lo rechazaron. Tercero, hacer una visita de salida preliminar unos días antes de que finalizara el contrato para que inspeccionaran la casa y si había algún desperfecto (no los hay), tuviéramos unos días para solventarlos y así pudiéramos agilizar los temas de la fianza. Has acertado. También lo rechazaron. Así que, cuando estés desarrollando cualquier negocio, jamás des por hecho que la contraparte va a tener la misma visión que tú sobre los beneficios de tus propuestas.
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⭐Lo que me ha parecido interesante
Listado de los 100 Business Angels más activos de España
La historia de Coinbase, uno de los mayores exchanges de criptomonedas a nivel global.
Jacinto Fleta vende su proyecto (Check My Presets) y siguiendo su filosofía de “Build in public” ha decidido hacer público todo el proceso de venta paa que los demás podamos usar su ejemplo como aprendizaje e inspiración.
Y hasta aquí todo por hoy.
Nos vemos en 7 días.
Un abrazo.
Álvaro