#53. Malas ideas
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Lo que creo: Malas ideas
Lo que me ha parecido interesante: 3 tweets
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🙍♂️Lo que creo: Malas ideas
Lo primero que quiero hacer hoy es daros las gracias a todos los que me habéis escrito esta última semana. Tenía la intuición de que muchos os sentirías identificados con la sensación de vivir con prisa y no me equivoqué.
Poco a poco voy consiguiendo que algunos de vosotros perdáis la vergüenza y os animéis a darme feedback o contarme vuestras experiencias y por fin, esta newsletter va siendo cada vez menos unidireccional para ser algo compartido.
Y para que entendáis lo importante que son para mi vuestros mensajes, os confieso que el tema de la edición de hoy está basado en elemento común que aparece en muchos de los mensajes que he ido recibiendo estos últimos meses: cómo saber si una idea es buena o mala.
¡Empezamos!
Y hoy vamos a empezar por el final, por si tienes prisa o no tienes muchas ganas de leer.
Lo que diferencia una buena idea de una mala idea es… nada.
Me explico.
Cuándo alguien pregunta si algo es una buena idea, no está preguntando si el planteamiento teórico es adecuado. Lo que en realidad quiere saber esa persona es si esa idea funcionaría.
Pero si hablamos de funcionar, acabamos de dar el salto de lo teórico a lo práctico. Ya no estamos analizando la idea en si misma, sino su puesta en práctica; su ejecución.
Y si entendemos esto, será por tanto fácil de entender para cualquiera que una idea es tan buena o mala como lo sea su ejecución.
Estamos hartos de verlo en el día a día, pues la diferencia en la ejecución es la razón por la que, desarrollando una misma idea, hay empresas que logran el éxito y otras que fracasan.
El golpe de realidad y lo que muchos no queremos a veces admitir es que, el factor limitante de una idea, lo que nos separa de una buena ejecución somos nosotros mismos y nuestras capacidades.
Por tanto, mi recomendación es que, cuando queráis analizar si tenéis una buena idea de negocio, lo hagáis desde vuestra perspectiva personal, teniendo en cuenta vuestro contexto.
Si se te ocurre una idea que no vas a ser capaz de ejecutar correctamente, por muy bien que quede en el papel, para ti será una mala idea.
Os comparto algunos de los aspectos que han convertido en malas algunas de las ideas que me habéis comentado los últimos meses.
El objetivo de este ejercicio no es en absoluto desanimarte, sino todo lo contrario. Creo que advertirte de los posibles fallos te ayudará a evitarlos y te acercará más a convertir tu idea en realidad. Además, en casa caso te voy a proponer una solución que puede ayudarte.
Ideas sobre sectores que no dominamos. Que alguien ajeno a un sector logre lanzar una idea y cambiarlo es posible, pero te va a tocar pelearte tanto que debes estar muy seguro de querer entrar en ese juego.
Un ejemplo de que se puede y que personalmente me gusta mucho es Manfred, la empresa de recruiting de David Bonilla, quien se sumergió en el sector sin tener experiencia ninguna y que a día de hoy forma parte del grupo Sngular que saldrá próximamente a bolsa.
Para llevar Manfred a dónde está ahora, David tuvo que dejarlo todo y empezar por estudiar absolutamente todo sobre el sector durante varios meses, lo que requiere un nivel de dedicación que quizas no puedas o no estés dispuesto.
Solución: Céntrate en los sectores que ya conoces, pues dicho conocimiento no sólo te da ventaja para encontrar las ineficiencias del mismo, sino que además te permitirá definir mucho mejor todos los conceptos que deben definir tu idea en la fase de ejecución.
Lanzar productos que no quiere la gente. Este es el clásico entre los clásicos. Seguro que tú (como yo) has tenido alguna vez ese momento de iluminación divina en el que tu mente ha visto con claridad “LA IDEA”. Eso que nadie ha pensando nunca antes que tú y que soluciona un problema que afecta a gran parte de la humanidad. El problema es que, muy probablemente, no eres un visionario ni tampoco el primero que tiene esa maravillosa idea. Lo que pasa es que alguien lo intentó y fracasó porque nadie necesitaba lo que quería venderles.
Un error muy común es intentar encontrar nichos en los que no haya competencia, creyendo que eso te dará alguna ventaja sobre el resto. Sin embargo, la competencia es magnífica, porque significa que alguien ya ha pasado la fase de validación y ha demostrado que existe un mercado para dicho producto o servicio.
Solución: Debes tratar de buscar siempre lo que en inglés se llama el “Product Market Fit” que consiste en validar lo antes posible que tu producto tiene cabida en el mercado al que quieres dirigirte.
Arcos de iglesia. Una de las tentaciones a las que es realmente fácil entregarnos a la hora de desarrollar una idea es tratar de convertirla en una suerte de navaja suiza que sirve para solucionar múltiples problemas. Eso acaba por inundar nuestra idea de funcionalidades que van añadiendo complejidad al diseño y que en muchos casos puede llevarnos a la indeseable “parálisis por análisis”.
Solución: Una de las mejores soluciones para evitar esto es seguir la metodología Lean que se basa en crear un MVP (Producto Mínimo Viable) y evolucionar desde ahí las funcionalidades en base al feedback recibido.
Infravalorar el esfuerzo. Si nunca has montado nada, es muy probable que te equivoques a la hora de medir el esfuerzo necesario para desarrollar una idea. Si decides lanzarte a crear algo, empieza por asumir que te va a tocar invertir muchas horas y no te pongas plazos porque, de lo contrario, la frustración va a llegar rápidamente.
Cuando esbozamos una idea, nos centramos en los grandes aspectos pero, de nuevo, cuando pasamos a la ejecución, descubrimos que el proceso de ejecutarla, incluso cuando se trata de una realmente simple, está compuesto por una lista interminable de micro tareas que te robarán el tiempo. Escoger el color de tu logo, el tipo de fuente de tu página web, el mejor proveedor de hosting, escribir los textos de tus materiales, maquetar un documento, encontrar un nombre de dominio que encaje con un perfil libre en redes sociales, escribir los textos legales, bucear por bancos de fotografías, estudiar las normas de publicación de IOS y Android, escoger la pasarela de pagos, diseñar tu estrategia de pricing, tener en cuenta el SEO, buscar proveedores de materiales, seleccionar empresa de logística, definir políticas, escribir la sección de preguntas frecuentes, enviar emails, contestar emails, hacer marketing para que la gente conozca tu idea y así podría estar hasta mañana…
Solución: Aquí me temo que, si no has creado nada nunca, la única solución que tienes es hablar con alguien que si lo haya hecho y te pueda orientar sobre el nivel de esfuerzo para ejecutar tu idea y ayudarte a crear un listado de tareas.
Mala elección de los modelos de monetización. Cuando pensamos en lanzar un nuevo proyecto y en ganar dinero con él, solemos cometer el error fatal de no ponernos en la piel de nuestros posibles compradores.
¿Pago único? ¿Pago por uso? ¿Suscripción? ¿Alquiler? ¿Fremium? ¿Pay-to-play-to earn? Las posibilidades son cada vez mayores y las combinaciones se multiplican si añadimos en la ecuación la estrategia de precios, haciendo muy complicado acertar a la primera.
Aquí te puedo poner mi propio ejemplo. Cuando lancé mi primer infoproducto, me equivoqué con el precio y no vendí ni una sola unidad hasta que no acerté con la estrategia (en mi caso, que cada uno pagase lo que quisiera). Y cuando lancé el servicio de suscripción para patrocinadores, varias personas me dijeron que no veían el valor a pagar el servicio de forma recurrente; sino que pensaban pagar un mes y quizás volver a pagar otro mes transcurrido un tiempo. Eso demuestra que el modelo de negocio no estaba bien diseñado y que debería haber optado por otro diferente.
Solución: Aquí, el mejor consejo que puedo darte es que trates de investigar por qué fallaron ideas similares a la tuya. Una de las mejores herramientas son los “post mortems”, que son documentos que elaboran los emprendedores fallidos explicando precisamente las razones por las que su proyecto no prosperó.
No querer/poder involucrar a la gente necesaria. Debo reconocer que esta causa es una de las que más me sorprenden y que me llega mucho más de lo que me hubiera podido imaginar.
Hay gente que es tan celosa de su idea que no quiere compartirla con nadie, hasta el punto que cuando me la quiere comentar, lo hace a medias o me da ejemplos de cosas parecidas pero sin decirme exactamente el sector o el público objetivo y obviando cualquier otro aspecto importante; tratando de protegerse de que alguien le pueda robar su idea.
Esta actitud, que es lícita, pero desde mi punto de vista equivocada porque no permite que recibas un feedback real sobre tu proyecto, se convierte en fatal cuando te lleva al punto de que no quieres compartirla con nadie, tampoco en la fase de ejecución. Porque aunque yo soy admirador de los solopreneurs la realidad es que, en la mayoría de casos, las bandas de música suenan mejor que los hombres-orquesta.
Solución: Aquí la solución es más interna que externa. Uno de los objetivos de la edición de hoy es demostrar que el éxito es difícil de lograr y cuanta más ayuda tengas, más probabilidades tendrás. Un ego desmedido te impedirá ver tus carencias y una falta de confianza en los demás, generará la misma sensación hacia ti por parte de los clientes y/o inversores.
Imposibilidad de lograr la financiación necesaria para llevarlo a cabo. Las razones para no recibir financiación pueden ser muchas: quizás tu proyecto no está maduro, quizás no es invertible (de esto hablaremos otro día) o quizás estés lanzándote a un mercado muy saturado. Pero tampoco es descartable que la razón para no recibir financiación que te permita ponerte a construir que no seas capaz de transmitir la confianza necesaria en tu proyecto o en tu equipo.
Solución: Para evitarlo, algo que puedes hacer es preparar lo mejor posible la manera en la que trasmites tu idea y una buena manera puede ser seguir esta guía sobre cómo diseñar un buen elevator pitch y preparar unos materiales profesionales, para lo que puedes seguir esta guía de diseño de un buen investors deck.
Te dejo aquí varios recursos en los que puedes profundizar sobre algunos de estos conceptos:
Si te ha gustado la edición de hoy, te pido que te tomes unos segundos y la compartas
⭐Lo que me ha parecido interesante
Si te interesa profundizar más en el tema, este hilo que explica en detalle lo que os comenté en la pasada edición sobre “The Great Resignation”.
Como sabéis, mi formación no es técnica y todos los proyectos que lanzo lo hago utilizando herramientas NoCode. En este tweet podéis encontrar una buena recopilación de plantillas de Notion
Uno de los temas sobre los que quiero empezar a escribir en el futuro es sobre negocios de éxito que no están basados en tecnologías punteras. Aquí un ejemplo buenísimo de lo contrario.
Y hasta aquí todo por hoy.
Si te ha gustado esta edición, no te vayas sin hacérmelo saber con un ❤️ y sin compartirla con tus amigos y conocidos.
Nos vemos en 7 días.
Un abrazo.
Álvaro