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Lo que creo: La generación x1.5
Lo que me ha parecido interesante: 3 tweets y una canción.
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🙍♂️Lo que creo: La generación x1.5
Tengo 37 años y aunque no sabría decirte desde cuándo, hace mucho que vivo con la sensación de ir demasiado lento y llegar tarde a todo.
Y da igual cuántos argumentos sea capaz de encontrar para demostrarme a mi mismo que no es así. La realidad es, que al final del día, esa sensación permanece y nada la contrarresta.
No hay nada que consiga que sea suficiente. No hay ningún hito que suponga llenar ese “gap” imaginario que me queda por cubrir.
Necesito que pasen cosas. Necesito que pasen rápido. Y necesito que vuelvan a pasar de nuevo en cuanto la dopamina de la anterior ha abandonado mi organismo.
Disfrutar de los éxitos es casi una pérdida de tiempo; porque es tiempo que no estás utilizando en avanzar hacia el siguiente éxito; aunque ni si quiera sepas cuál es.
Cuando decidí cambiar de carrera, encontré trabajo antes de acabar siquiera el curso con el que estaba reciclando mi conocimiento.
En 8 meses, pasé de ser consultor raso a coliderar un equipo técnico de más de 100 personas.
En los últimos dos años, he subido dos escalones en el organigrama.
Soy el más joven de mi equipo. De hecho, soy el más joven de toda mi empresa que reporta directamente a un Director.
Bien ¿no?
Pues si. No soy tan desagradecido ni tan idiota como para no valorar lo que he conseguido los últimos años. Pero no te voy a mentir, paso mucho más tiempo pensando si no debería haber conseguido llegar más lejos.
Entre tú y yo. Te confieso que no es una sensación nada agradable. Ahora he conseguido gestionarla mejor, pero en épocas pasadas llegaba a convertirse en una angustia que era capaz de quitarme el sueño.
Podía dar mil vueltas en la cama imaginando escenarios, ensayando conversaciones y enumerándome a mi mismo cientos de argumentos que apoyaban mi teoría de que merecía estar más lejos.
Y he dicho que la gestiono mejor, no que la gestione bien. Porque, aunque ya no me desvelo por las noches y parece que voy con menos prisa por el mundo, ahora la sensación es que vivo con el freno de mano puesto. Que sí, que a corto plazo puede ser efectivo para decelerar pero que, a largo plazo, si no encuentro otra solución, hará que el freno estalle. Y es un escenario en el que prefiero no pensar.
¿Y todo esto por qué me pasa?
Pues supongo que hay una parte que traigo yo de serie porque cada uno tiene un nivel de ambición programado.
Pero, también, porque formo parte de la “generación x1.5” que es como yo llamo a toda esa gente (independientemente de la edad) que necesita estímulos permanentes y que no para de recibir inputs que nos hacen creer que vamos tarde.
Son cosa aparentemente inofensivas y que, individualmente, probablemente pasen desapercibidas pero que, cuando se unen todas ellas en un mismo receptor, tienen ese poder de acelerarlo todo.
Como te decía al principio, tengo 37 años y por lo que te he contado, una carrera que no va precisamente despacio.
Pero… ya se me pasó el arroz para formar parte de una lista de “30 under thirty” y estoy ya casi en tiempo de descuento para entrar en los “40 under forty”. Que, siendo sincero, me da completamente igual, pero ya me hace pensar que hay otros que, a mi edad, habían logrado cosas mucho más relevantes que yo. Y eso basta para que otra vez, se instale al final de mi mente, esa duda de si habré invertido mal mi tiempo…
Y como me gusta mucho leer sobre negocios. Es imposible no encontrar cientos de ejemplos de “college drops” (gente que abandona la carrera) que escogieron dedicar su veintena a construir su empresa y que ahora, son millonarios y/o dirigen empresas de éxito.
Sin ir más lejos, esta semana hemos leído todos las historia del intento de robo a Zaryn Dentzel. La mayoría, como es normal, os habréis quedado con el relato del suceso. Yo, en cambio, me he quedado con que tiene 1 año más que yo (38) pero sólo uno de nosotros tiene una fortuna valorada en decenas de millones de euros. Adivina quién.
Otro de los factores que me (nos) está programando para esta prisa son las redes sociales. Yo soy un absoluto defensor de las redes sociales por el potencial transformador que tienen si se usan para el bien. Pero, soy muy consciente de que las redes sociales (todas) nos están acostumbrando a recibir estímulos de manera constante. Y en cuanto dejamos de recibirlos, en cuanto dejan de pasar cosas, sentimos un vacío que no sabemos gestionar.
Aquí tienes un ejemplo que explica perfectamente este fenómeno y que está sacado de este artículo
Y el que crea que esto se queda en el ámbito de las redes sociales, está completamente perdido. Esa necesidad se traslada a todos los demás ámbitos de nuestra vida.
Escuchas los podcast a velocidad x1.5.
Te cabreas si sacan un capítulo de tu última serie por semana y no puedes hacer un maratón.
Cenamos con el cronómetro puesto porque a las 22:30 llega el siguiente turno,
Si no te ascienden cada año, te frustras.
Si te suben el sueldo menos de un 10%, sabe a poco.
Si no haces 10 viajes al año, eres un seta.
Y así podemos seguir todo lo que queramos. Si no tienes una casa en propiedad, si no tienes hijos a determinada edad, si no invertiste en cripto hace 10 años, si no tienes un NFT, si… si… si…
El mundo va demasiado deprisa y pretendemos vivir en todos los usos horarios a la vez.
Y a pesar de lo que te he dicho hasta ahora, en mi opinión, el verdadero problema no está en la velocidad, sino en el destino.
Las generaciones anteriores a la mía tenían un “roadmap” personal claro, en el que el éxito constaba de unos hitos claramente identificables y razonablemente alcanzables. Lo que todo el mundo esperaba de ti era que te cases, tengas hijos, compres una casa y aspires a ser directo de una empresa.
Si te esforzabas, obtenías la recompensa en forma de estabilidad familiar, profesional y económica.
Pero ese modelo dejó de funcionar hace muchos años.
Desde el punto de vista profesional, los jóvenes cada vez tienen más complicado incorporarse al mercado laboral, por lo que se retrasa el inicio de sus carreras. Y, en el otro extremo, el retraso de la edad de jubilación, impide que se liberen determinados puestos de trabajo, bloqueando la progresión y generando una pinza difícil de gestionar. Basta con ver esta imagen y para ver como, dentro de 4 años, la gente por encima de 50 representará casi el 40% de la fuerza laboral.
Y que nadie me entienda mal. Esto no es una crítica a “las canas” ni quiero dar a entender, en absoluto, que la gente mayor de 50 pierda valor. Es un tema puramente de espacio en un sistema piramidal. Si los puestos de arriba no se liberan, la pirámide no avanza.
Desde el punto de vista económico, la situación no es mucho mejor, pues cada generación ha ido perdiendo poder adquisitivo con respecto a la anterior. Si nos fijamos en la tabla de debajo, cuando mis padres tenían mi edad, para comprar una casa necesitaban destinar 4 años de renta para comprar una casa, mientras que la gente de mi edad necesita destinar 7,11 años (probablemente en 2021 será más).
La concienciación sobre esta situación, la asunción de que ya no existe un tesoro esperando al final del arcoiris, por mucho que nos esforcemos y el retorno del “carpe diem” provocado por la pandemia es lo que está generando un cambio de mentalidad y que cada vez haya menos gente dispuesta a participar en la carrera de la rata.
Y no es algo aislado. En Estados Unidos, donde tienen un concepto distinto al nuestro en cuanto a estabilidad laboral (por la ausencia de paro y la facilidad del despido) se está produciendo una movimiento reaccionario que están llamando “The Great Resignation” o “The Big Quit” por el que miles de personas están abandonando sus puestos de trabajo para explorar formas alternativas de vivir.
Y aunque en Europa no se está produciendo al mismo nivel, no hay duda de que la ola empieza a llegar y que cada vez hay menos gente dispuesta a vivir a x1.5 si las recompensas no llegan a la misma velocidad.
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⭐Lo que me ha parecido interesante
La semana pasada te hablé del proyecto de dos buenos amigos en el mundo de las oposiciones, pero se me olvidó incluir el tweet. Hoy corrijo mi error.
Si recuerdas, hace unas semanas hablamos sobre el patinazo de Onlyfans cuando se plantearon eliminar el contenido para adultos. Hoy te traigo un efecto postivio de su paso atrás y es que los museos están usando esa red para publicar las fotos de obras que son censuradas en otras redes sociales.
Por si no te has enterado, he decidido desmonetizar el proyecto que te presenté hace unas semanas y compartir la información de manera gratuita. En este hilo te cuento por qué y cómo acceder a ello.
Y por último, me hace mucha ilusión compartir esto porque es algo creado por uno de vosotros, concretamente por Mike al que, como a mi, le gusta mucho el rap, pero él tiene el talento para hacer un temazo como este que lanzó para Halloween.
Y hasta aquí todo por hoy.
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Nos vemos en 7 días.
Un abrazo.
Álvaro
Has abierto muchos "melones", cada uno de los cuales requerirían desarrollo propio pero que se resumen en "estafa generacional". Por una parte mientras el sistema deja en la pobreza a trabajadores corrientes que pierden el trabajo a los 50 y pico, y su pensión (con este sistema injusto de ponderar los últimos años y no toda la vida laboral) cuando toque será bien baja vemos con insistencia al Ministro de SS y los lobbies "Silver" reivindicar seguir trabajando (cobrando) más allá de la jubilación y algunos siendo felices prejubilados-desvinculados deluxe tener 2 sueldos trabajando por uno (pero yendo poco). Esas generaciones que pagaron sus viviendas e incluso adicionales a esos 3-4 salarios brutos mientras que la juventud tiene que pagarlos (quien puede) a 7-8. Pero aún así hay que callar y buscar el éxito, el éxito compartible, vivienda bonita, título en linkedin largo a ser posible de buena empresa, hijos perfectos en cole guay, esclavitud elegida para "parecer". En los 80 y 90 el éxito era para una familia obrera que un hijo o hija acabase una carrera y sacase una oposición o entrase en una empresa buena, hoy ya hay que tener un buen título/cargo y mostrar muestras de estatus. Para ello uno tiene muchas veces que emigrar, perder el contacto cercano con los suyos, y con la diferencia salarial pagar la diferencia habitacional y si queda algo hacer lo "posturerial".
Y sí, cada vez más gente ve que esa "carrera de la rata" no conduce a ninguna felicidad real.