#12. Por qué invertí en un Venture Builder
¡Hola✋!
Soy @alvaroalegriam y estas leyendo mi newsletter semanal. El lugar donde comparto contigo mi camino hacia la independencia financiera.
Antes de empezar la newsletter de hoy, me gustaría darte las gracias.
La semana pasada te reclamé mayor interacción para que me ayudaras a entender qué te gusta de mi newsletter y cómo puedo seguir aportándote más valor y tú respuesta fue fantástica.
Para seguir en esa misma línea, ayer lancé una encuesta en mi cuenta de twitter para que vosotros decidierais el tema de la newsletter de hoy.

Así que vamos al lío.
IDEA + EJECUCIÓN + FINANCIACIÓN
El éxito de cualquier empresa depende de múltiples factores, pero hay tres que son absolutamente esenciales.
Una buena idea.
Una buena ejecución (o lo que es lo mismo, un buen equipo o buenos asesores).
Financiación suficiente para sobrevivir hasta que la empresa sea sostenible.
Si te falta uno de los tres, te vas al hoyo. Morirás más o menos rápido, pero morirás.
Si empiezas por algo muy pequeño, es posible que seas capaz de reunir los tres factores tu sólo.
Pero si quieres ir a lo grande. Y sobre todo, si quieres ir rápido, vas a necesitar ayuda de otros.
O te faltarán manos. O te faltará la pasta.
Y para cubrir esa necesidad, es por lo que fueron apareciendo los distintos actores que participan hoy en día en el ecosistema emprendedor.
LOS ACTORES DEL ECOSISTEMA
Depende de cómo combines los tres factores anteriores, podemos definir el rol que juegan los principales participantes del precioso mundo startupil.
(No son los únicos actores y las fórmulas no se cumplen siempre estrictamente, pero para el objetivo de hoy, nos sirve como simplificación).
Sólo idea o Idea + Ejecución = Emprendedor.
Sólo Ejecución o Ejecución + Financiación: Incubadoras, Aceleradoras y algunos Business Angels.
Sólo Financiación = Bancos, algunos Business Angels, Venture Capital o Plataformas de Crowd Equity.
Idea + Finaciación = Venture Builder.
¿POR QUÉ NACEN LOS VENTURE BUILDERS?
Imagínate que eres cualquiera de los siguientes personajes:
Un emprendedor de éxito. Has creado y escalado tu empresa y ahora diriges una compañía importante. O incluso te has pasado el juego y las has vendido a cambio de un pastizal.
Un Business Angel. Has ocupado (o sigues ocupando) puestos importantes en grandes compañías. Conoces muy bien ciertos sectores, tienes mucha experiencia en gestión, buenos contactos y dinero para invertir.
Un inversor financiero. Por el motivo que sea, tienes dinero para invertir y te sientes cómodo invirtiendo en el sector startup.
Ahora, imagina además cualquiera de los siguientes escenarios:
Tienes una gran idea, pero no tienes tiempo para liderarla por ti mismo porque ya estás liderando otros proyectos.
Tienes tiempo y dinero de sobra para impulsar una idea, pero estás en un momento e tu vida en el que no quieres asumir la responsabilidad de liderar un proyecto.
Tienes dinero de sobra para invertir en empresas, pero estás cansado de ver ideas que no te convencen y estar siempre esperando a que llegue el proyecto adecuado.
¿Qué haces si eres cualquiera de esos personajes en cualquiera de esos escenarios? Creas o te unes a un Venture Builer.
Ya tienes la idea. Ya tienes la pasta. Lo único que tienes que hacer es encontrar al equipo adecuado.
Tan sencillo (y tan complicado) como eso.
COMO ACABÉ YO INVIRTIENDO EN UN VENTURE BUILDER
Si recuerdas, hace unas semanas te conté mi experiencia invirtiendo en Startups a través de Sitka Capital (si no lo leíste, debes hacerlo aquí).
Sitka ha sido siempre un Venture Capital algo diferente. Nunca ha tenido un equipo de gestión dedicado en exclusiva y, por ello, su gestión ha sido siempre muy colaborativa.
El deal flow era analizado por los propios socios.
Cada dos meses aproximadamente, se montaba en Barcelona un foro de inversión en el que hacían su pitch entre 5 y 10 startups que habían pasado el corte.
Después de cada foro, todos los socios votábamos la startup que más nos convencía y el fondo invertía en aquella que hubiera obtenido mayor número de votos. A veces, en función de las condiciones que nos ofrecían, invertíamos también en la segunda más votada.
Como ves, la forma de funcionar de Sitka era muy propicia para crear comunidad entre los socios. Había mucho trato, mucho manejo conjunto de la información, mucha confrontación de ideas y mucho interés por la inversión en startups.
Poco a poco se iba dando el caldo perfecto para que las ideas empezaran a fluir.
Analizar e invertir en otros estaba muy bien, pero empezábamos a tener nuestras propias ideas y ganas de tener un papel más relevante que el de simples inversores.
Así, en 2016 se fundó AKOLA VENTURE BUILDER, el vehículo con el que pretendíamos lanzar entre 5 y 7 proyectos anuales.
¿VOLVERÍA A INVERTIR EN UN VENTURE BUILDER?
Si necesitas una respuesta de si o no, la respuesta es sí. Pero las cosas no son tan sencillas.
Los aspectos que más me gustan de esta fórmula de inversión son muchos, pero también requieren una implicación mucho mayor por parte del equipo gestor y no siempre es sencillo.
La realidad de Akola es que, 4 años después, la ambición de los 5-7 proyectos anuales se ha quedado en un único proyecto en toda nuestra vida.
¿Decepción? No.
¿Aprendizaje? Sí.
Es un aprendizaje porque me ha permitido aprender muchísimos más sobre los retos de sacar adelante una startup y porque, analizando el desarrollo de los acontecimientos, probablemente ahora haría(mos) las cosas de otra manera.
Pero no es una decepción porque en los temas de inversión, la calidad es mucho más importante que la cantidad. Una buena inversión será siempre mejor que diez inversores regulares y, por el momento, el proyecto que hemos lanzado desde Akola va viento en popa.
¿Quieres saber cuál es? Te lo cuento encantado, pero será en la newsletter de la semana que viene.
Y hasta aquí la newsletter de hoy.
Nos vemos la semana que viene. Si no te quieres perder nada, te recomiendo que te suscribas
Un abrazo.
Álvaro